Adivina quién soy, de Megan Maxwell

Post que os traigo hoy es sobre el nuevo libro de Megan Maxwell: Adivina quien soy

La verdad es que lo terminé la semana pasada, pero no he tenido tiempo para comentarlo. Creo que ya lo he dicho en alguna que otra ocasión que Megan Maxwell es una de mis autoras favoritas, porque tiene la capacidad de que sus historias me enganchen casi desde el inicio, además de escribir de una forma sencilla, que hace sus libros muy amenos y fáciles de leer.

Adivina quien soy es el primer libro de una bilogía erótica diferente a “Pídeme lo que quieras”, y que aunque cuando lo terminé estaba entre entusiasmada y cabreada (esperando a el siguiente), me costó un poco más engancharme que otros de la misma autora, eso sí cuando pasó ya no pude parar.

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“Yanira trabaja de cantante en los hoteles de Tenerife. Está soltera y vive rodeada de su familia. Su vida es plácida y, en cierto modo, acomodada.
Pero a Yanira le gusta experimentar cosas nuevas, y decide adentrarse en el mundo de los intercambios de pareja. En uno de los bares que frecuenta conoce a un italiano que le enseñará que el sexo va mucho más allá de lo que ella conocía hasta el momento. Un año más tarde se traslada a Barcelona y comienza a trabajar de camarera en un crucero de vacaciones llamado Espíritu Santo. En el barco también está Dylan, un atractivo empleado de la sección de mantenimiento que apenas le hace caso, a pesar de las continuas sonrisas de Yanira. Lo que ella no sabe es que la observa más de lo que cree, y aunque los malentendidos que surgen entre ellos le hacen pensar lo contrario, la atracción que sienten les hará encontrarse y compartir un sinfín de juegos morbosos, divertidos y sensuales.”

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Los personajes principales:

Yanira Van der Vall tiene 26 años es medio holandesa por parte de padre y sus rasgos son más típicos de esa parte de Europa que no canaria (rubia, piel clara,…). Está soltera (de hecho corta con su novio al inicio del libro) y vive con su familia en Tenerife. Es una chica con carácter, divertida y en cuestión de sexo no le importa experimentar, por lo que la veremos probar algún local de intercambio de parejas. Había trabajado cuidando niños hasta que, a causa de la crisis, se queda sin trabajo y entonces decide apostar por cumplir sus sueño y cantar. Trabaja con orquestas en hoteles.

Dylan Ferrasa tiene 37 años es puertorriqueño, evidentemente y como en todos los libros de Maxwell, es muy guapo. Trabaja en el barco. Es muy reservado, nadie sabe nada de él más que lo poco que deja ver y eso lleva a confusiones, además el carácter que muestra en el barco con los demás es más bien duro pero, a medida que avanzamos conocemos al verdadero Dylan mucho más abierto, espontáneo y un romántico.

En este libro tenemos varios personajes secundarios importantes como:

Coral, amiga de Yanira y compañera en el crucero.

Los hermanos de Yanira: Garret y Rayco (gemelos) y Argen, el mayor, y con el que mejor se lleva la protagonista.

También tienen mucha relevancia Tony y Omar, pasajeros en el barco y algo más aunque ya lo descubriréis.

Mi opinión:

Esperaba la publicación del libro desde hacía tiempo: ¡una historia en un crucero con lo que a mi me gustan! Pero debo decir que lo que se desarrolla en el crucero, es una mínima parte de la novela, ya que ésta nos traslada a Tenerife, Barcelona (para partir con el barco), algunas localizaciones donde el crucero hace escala, Puerto Rico y finalmente, Los Ángeles. Así que el libro es muy viajero.

Narrado en primera persona por Yanira, nos ofrece su visión de las cosas, con ese lenguaje tan Maxwell (por lo coloquial y divertido) y aunque la trama ya puedes ver por dónde irá, reconozco que en algunos aspectos me ha sorprendido.

Por lo tanto, y aunque me costara un poco más engancharme que en anteriores novelas suyas, si os gusta la autora o el género os encantará y querréis más.

De hecho hay un par de personajes que podrían tener su libro como tuvo Bjorn con Sorprendeme.

Ahhhhh! Antes de terminar, si como me pasó a mi, no os convence el protagonista del booktrailer, ponerle la cara de Rubén Cortada, que como me dijo una compañera de trabajo, como es cubano sirve como “prota” y la verdad es que funciona.